Podremos contemplarnos
y admirar nuestra desnudez
del cuerpo y del alma.
Pero no somos nada.
Nos reencontramos
entre distintas zonas horarias.
entre calendarios y prisas
indiferentes y desconocidas.
Todo porque no somos nada.
Aunque mi voz te provoque,
aunque tu mirada me derrote,
aunque el presente se vaya
y sólo existamos tú y yo…
No seremos nada.
Ni ayer, ni hoy. Ni mañana.
Lo entiendo.
Lo acepto.
Soy libre de irme
y olvidarte en un minuto.
Al fin y al cabo
no hay nada personal.
Los textos de este blog pertenecen a la autora Alice Strathern.