Siempre me ha dado miedo ser camaleónica.
¿Y si no lo hago bien? ¿Y si me muestro al natural con los colores de mi alma? ¿Y si no gusto?
Ah, alguna vez a alguien le tengo que gustar. Alguna vez no trataré de convencer.
Pero me han dicho mil veces que hay que actuar de acuerdo a las circunstancias.
Reír para acompañar. Callar para ser prudente. Vestirse a la altura. No desentonar con las tendencias de moda aunque no le vayan bien a mi piel original.
Alguien me recomendó llevar un espejo a todos lados para cerciorarme que esté en regla y bien maquillada.
Yo sigo dudando de mi capacidad camaleónica.
¿A quién voy a recurrir cuando me quiera (re)conocer? ¿El espejo me dirá la verdad?
Los textos de este blog pertenecen a la autora Alicia Strathern.