Inevitablemente, en estas últimas semanas he estado pensado en cómo se va a “festejar” una navidad en pandemia.
Estos son los tiempos para reunirse con la familia y cenar juntos y contar historias graciosas o vergonzosas que ocurrieron durante el año. Esta vez, se trata del 2020. Un año en el que no hay muchas cosas felices o chuscas para compartir. Un año en el que, por cuestiones de salud, no deberíamos ni siquiera reunirnos.
La postura ante la “celebración” de navidad en pandemia tiene dos vertientes: los que van a ignorar completamente la recomendación de mantener la sana distancia y los que la van a acatar con todo y el dolor de sus corazones; con todo y las tensiones familiares que tomarán lugar tras comunicar una postura personal.
Nunca es fácil tomar decisiones así.
Debo confesar que, desde hace mucho tiempo, me he preguntado cómo sería pasar una navidad no convencional. Es decir, que en lugar de hacer las típicas reuniones, de salir de compras y gastar todo el aguinaldo en regalos y chácharas, todo fuera mayor tranquilidad sin las compras de estrés y sólo con la compañía deseada.
Irónicamente, eso es casi lo que estamos a punto de vivir. Bueno, las compras continúan, sólo que, en muchos casos, toman un formato en línea.
Nos toca una época diferente y se nos está cayendo el mundo encima a nivel emocional. Se acaba el 2020 y siguen las complicaciones en cómo ajustarse a un nuevo estilo de vida.
Todavía no captamos que tenemos que ver el mundo con otros ojos. Que si hoy no nos podemos reunir es para que podamos hacerlo con mayor confianza, y hasta con más ganas, en el futuro cercano. Que si hoy no estamos en la posibilidad económica de comprar regalos para toda la familia, está bien y no es el fin del mundo. Literalmente.
Además, ¿acaso no es esta la oportunidad para redefinir el significado de la navidad? ¿Realmente los regalos y las reuniones son todo lo que le da sentido a la navidad? Si todo eso nos es arrebatado por fuerzas mayores (como una pandemia) entonces ¿ya no se le puede llamar navidad?
Independientemente de las creencias religiosas, ¿qué es navidad?
Para mí, es una oportunidad de sacar la mejor versión de uno mismo a partir de esta época y mantenerla constante todo el año. Si yo empiezo a vivir esta definición en este instante, mantener la sana distancia sería una manera de sacar la mejor versión de mí misma. Considero que le estaría haciendo un bien a mi comunidad.
Claro que me gustaría ver a mi familia y a mis amigos. Claro que me gustaría tener un gran cena con todos ellos. Por otra parte, la realidad actual demanda una mentalidad diferente para afrontar la contingencia sanitaria.
Cada quien es responsable de sus decisiones.