Del interior al exterior: sacando sentimientos reprimidos

Una de las series de televisión más comentadas en semanas recientes es The Crown. Sin duda, esta historia causa intriga aunque uno no sea muy fan de la familia real británica.

En esta nueva temporada, la presencia de la princesa Diana genera aún más atención por todo el revuelo que su matrimonio turbulento desató de principio a fin. Muchas cosas se dicen sobre lo que Diana hizo o dejó de hacer a lo largo de su vida. Debe haber todo un compendio de diferentes perspectivas sobre cada episodio que ella tuvo que enfrentar en el ojo público.

A todo esto, no puedo evitar pensar cómo se encontrarán a nivel emocional William y Harry, hijos de Diana. Es dificilísimo imaginar su dolor cuando recibieron la noticia sobre la muerte de su madre en 1997. Luego, tener que lidiar con periodistas que los acosarían para obtener alguna entrevista y averiguar qué pasaba por sus mentes.

Al paso de los años, poco a poco han podido hablar sobre ese dolor. Hace algunos días, encontré esta declaración de Harry donde admite que guardó sus emociones por mucho tiempo y cómo esto le causó problemas con su salud mental.

Entrevista publicada el 17 de Abril de 2017

Admiro la manera en la que habla abiertamente sobre ello. En estos tiempos, es imposible ignorar el tema del bienestar emocional y mental. Todos debemos adoptar una postura más compasiva e iniciar conversaciones sin miedo a ser juzgados.

En este momento, tras meses de terapia, me he dado cuenta sobre el impacto negativo de guardar cosas. Tarde o temprano, todos esos sentimientos reprimidos salen en otras formas y en circunstancias que uno ni se imagina. A nivel personal, varios aspectos de mi vida resultan afectados y la pérdida de autenticidad como persona se hizo muy evidente.

Me queda como lección romper el silencio. Cuando es momento de hablar y buscar ayuda, hay que hacerlo. Esperar a que los problemas se resuelvan mágicamente siempre es mala idea. Hay que sacar todo lo que hay en el interior para desechar cosas que simplemente ya no pueden seguir enfrascadas. Como consecuencia, cabe la esperanza que el exterior podría ser un mejor lugar para vivir.

No importa si eres de la realeza o un simple mortal. El dolor del pasado en algún momento alcanza a cualquiera y puede perturbar toda una vida. Compruebo que todo cambia cuando hay disposición para hablar de episodios dolorosos.

Más vale afuera que adentro.

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