Júrame,
por lo más sagrado,
que recordarás mi voz
aunque hayas olvidado mi nombre.
Mírame
en la única imagen
donde me dibujé
en tu pupila lujuriosa.
Tú ya eres
parte de mí
aunque jamás
te vuelva a hablar.
Llévame
en los confines
de tu corazón fugaz.
Si lo tienes.
Una parte de ti
quedó marcada.
Aunque lo niegues,
ya no eres el mismo.
Búscame
en las horas
de insomnio.
Invócame.
Que lo temporal
se haga eterno
en un silencio
de complicidad.
Júrame que así será.
Los textos de este blog pertenecen a la autora Alicia Strathern.